Friday, July 20, 2007

ME GUSTA

Me gusta vivir… con el aire fresco en la cara y con tus risas detrás de mí. Me gusta ver… la luna llena en la noche y el sol al atardecer, me gusta oler… el aire de la rosa y la tierra mojada después de llover, me gusta oír… la música que nace de sus manos, y los grillos en verano cantar: cri-cri, cri-cri. Me gusta comer buñuelos calientes y chocolate con pastel. Me gusta tocar… arena en la playa, y mi gato al ronronear.
Me gusta dormir… acurrucado bajo las estrellas y con mi cara cerca de ti. Me gusta soñar…que ayer era un indio en la pradera, y mañana un pirata en la mar.
Me gusta jugar…con la muñeca, con la peonza, y con una vara un castillo conquistar. Me gusta plantar…una flor aquí, un árbol allá, en cualquier lugar. Me gusta pintar… colores en el aire, y juguetes en sus manos sin hogar. Me gusta imaginar… que la sangre no mancha la tierra, y que amigos somos bajo la estrella polar. Me gusta escuchar… este pequeño cuento que te acabo de contar.
Javier Sobrino

HOLA SOY NEKANE Y TELEFONO 975186426




POESÍAS


NO ME ARREPIENTO DE NADA

Desde la mujer que soy
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas
dechado de virtudes
hacendosas buenas esposas
que me deseara mi madre.
No sé por qué
toda mi vida me he pasado rebelando
contra ellas
odio sus amenazas en mi cuerpo
la culpa que sus vidas impecables
por extraño maleficio
me inspiran;
me rebelo contra sus buenos oficios,
los llantos nocturnos debajo de la almohada
a escondidas del esposo
el pudor de la desnudez bajo la planchada y
almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de sus espejos,
levantan un dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quisiera ganarme la aceptación universal,
Sé la “niña buena”, y la “mujer decente”
la gioconda irreprochable,
sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción invisible
entre lo que debió haber sido y lo que es
he invertido numerosas batallas mortales, batallas inútiles de ellas contra mí
_ellas contra mí que soy yo misma_
Con la “psiquis adolorida” me despeino
transgrediendo las ancestrales programaciones desgarrando a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en le molde perfecto de sus sueños
porque me atrevo a ser esta loca fatible, tierna y vulnerable
que se enamora como puta triste
de causas justas, hombres hermosos y palabras juguetonas
porque, de adulta, me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso con el que los genes de todos mis ancestros me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones,
no me arrepiento de nada, como dijo Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en los que me hundo;
En las mañanas cuando no más abrir los ojos
siento lágrimas pujando,
a pesar de la felicidad
que he conquistado finalmente
rompiendo estratos y capas de roca terciaria
y cuaternaria,
veo a mis otras mujeres sentadas en el vestíbulo
mirándome con sus ojos dolidos
y me culpo por la felicidad.
Irracionales niñas buenas
me circundan y danzan sus canciones infantiles contra mi;
Contra esta mujer
hecha y derecha
plena
esta mujer de pechos en pecho
y anchas caderas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.

EL OJO DE LA MUJER
GIOCONDA BELLI






















EL MURO
We don’t need education Teachers!!
Leave the kids alone!!

OTRO LADRILLO EN EL MURO (parte 1)
Papá ha volado a través del océano
Dejando solo un recuerdo
Una instantánea en el álbum familiar
Papá, ¿Qué me dejaste para mí?
Papá, ¿Qué dejastes atrás para mí?
Después de todo, no fue más que un ladrillo en la pared

OTRO LADRILLO EN EL MURO (parte 2)
No necesitamos educación alguna
No necesitamos ningún control de pensamiento
Ningún oscuro sarcasmo en el aula
Maestros, dejad en paz a los chicos
¡ Eh, maestros! Dejadnos en paz a los chicos
después de todo, no es más que otro ladrillo en el muro
después de todo, no sois más que otro ladrillo en el muro.

LOS DÍAS MÁS FELICES DE NUESTRAS VIDAS
Cuando crecimos y fuimos a la escuela
Habría algunos profesores que habrían hecho cuanto fuese
Posible para herir a los niños
Derramando su irrisión sobre cualquier cosa que hacíamos
Y sacando a relucir todas las debilidades
Por más cuidadosamente que los chicos las ocultasen
Pero todo el mundo sabía en la ciudad
Que cuando llegaban a casa por la noche
Sus gordas y psicópatas esposas les zurraban
Casi hasta matarlos.

LA MADRE
Madre, ¿crees que tirarán la bomba?
Madre, ¿crees que les gustará mi canción?
Madre, ¿Crees que van a tratar de romperme las pelotas?
Madre, ¿debería construir un muro?
Madre, ¿debería ir para presidente?
Madre, ¿me pondrás en la línea de fuego?
Madre, ¿me estoy muriendo de verdad?
Calla niño, no llores
Mamá va atenerte aquí
Bajo su ala
No te dejará volar pero puede que te deje cantar
Mamá a su niño calentito y protegido
oooh mi niño, oooh mi niño, oooh mi niño
naturalmente, mamá ayudará a construir el muro.

OTRO LADRILLO EN EL MURO
No necesito brazos que me rodee
No necesito drogas para calmarme
He visto lo que hay escrito en el muro
No pienses que necesito nada
No, no creas que voy a necesitar nada en absoluto
Después de todo, no era todo más que ladrillos en el muro
Después de todo, todos vosotros no erais más que ladrillos en el muro.

PINK FLOYD
EL MURO Foto muro




ANIMALES HUMANOS

La naturaleza nos ha hecho
Animales humanos
Ni buenos ni malos
Con deseo de afecto y cariño entrañable
La sociedad patriarcal nos convierte
Nos maneja y nos educa
Nos hace
jerarquic@s , sumis@s y reprimid@s
Luchemos contra el patriarcado
Recuperemos el afecto
Luchemos por la libertad
Seamos insumisas

L@S NIÑ@S LIBRES
Las niñ@s libres
Jugando, planeando,
inventando historias;
historias del mundo que ven
historias que se imaginan.

Nosotr@s l@s adult@s
Les manipulamos, les dominamos
No les dejamos ser libres
E inventamos mundos patriarcales
Para ell@s?.

Dejémonos de manipularles,
Sintamos empatía
Y juguemos con ell@s.


Hagamos la revolución
Disfrutando de ella
Haciéndonos cómplices
de sus travesuras
y junto con l@s niñ@s:
subámonos a los árboles,
alcancemos las estrellas,
rompamos cristales
salpiquemos en los charcos,
andemos hacia atrás,
hagamos la revolución.


LLUVIA Y REVOLUCIÓN
La lluvia esa compañera
En otoño prepara la tierra
Y en primavera la hierba
Hace crecer.
La revolución es como la lluvia
Prepara las personas día a día
En esta sociedad reprimida
Y la hace florecer cuando estalla.
Por eso compañera
Prepárate para la lucha social
Deseducándote día a día
de la maldita educación





A VOLAR LIBRES
A garrad@s de la mano
Corriendo por el campo
Libres.
Como pájaros volando
Sin ataduras que l@s amarren
Libres
Así quiero ver a las criaturas:
Sin escuelas, ni maestr@s,
Sin autoridad, ni padres
Es decir libres,
Amándose, divirtiéndose
Aprendiendo, luchando.
Corriendo libres.
karmela

Si te digo “ no seas niña “
Tu no me hagas caso a mí
Sé niña toda tu vida

Bergamin




Jugaba la niña a las casitas
Porque algo fuera verdad
Si ella fuera mentira

Isabel Escudero



Por un si que dio la neña
En el medio de la iglesia
Entro libre y salió presa

Popular asturiana





















ANIMALES HUMANOS

La naturaleza nos ha hecho
Animales humanos
Ni buenos ni malos
Con deseo de afecto y cariño entrañable
La sociedad patriarcal nos convierte
Nos maneja y nos educa
Nos hace jerárquicas, sumisas y reprimidas
Luchemos contra el patriarcado
Recuperemos el afecto
Luchemos por la libertad
Seamos insumisas

Karmela



……………………




SENTIR SIN REPRESION
Niñas y niños vamos tod@s a luchar
Gamberrear y volar
Para que no nos conviertan en adult@s

Luchar
para que los niños podamos llorar
Luchar
Para que las niñas podamos gritar

Gamberrear
Para sentirnos libres
De toda adulta opresión

Imaginar para volar y sentir
Que todas somos personas
Con capacidad para jugar
Amar y luchar
Por la anarquía

Karmela







COSER Y CANTAR

¿Qué es lo que rebulle dentro de mí?
Un animalito hembra
No quiere morir

*
Como dios manda:
Tú tan duro,
Yo tan blanda.

*
Una novia en la reja.
¡Lo que ha ella le gusta
Ser toda oreja!
Sigue la niña en la reja:
Voló el Amor
Y que do presa


Al amor, niña,
No le pongas dueño:
Ponle cascabelitos de sueño.
No le pongas campanas
De sacramento.
Isabel Escudero









SIENTE Y REBÉLATE

Besos, caricias, abrazos
Es lo que desea la criatura
Nada más nacer
Besos, caricias, abrazos
Es lo que desea la criatura
Cuando va creciendo
Besos, caricias, abrazos
Que nunca tuvo la criatura
Y por la falta básica
Necesita el adulto
No reprimamos sentimientos
Dejémoslos fluir
Para que la violencia y sumisión
Pase a ser rebelión
Y junto con las criaturas
Podamos reír, llorar, jugar, gozar
Soñar y luchar

karmela










ANTICOPIRIGHT

Este libro quiere volar
Y no le gusta la propiedad privada
Fotocópialo,
Difúndelo

Que las palabras y las ideas vuelen
Que no se queden estancadas,
Las ideas hay que vivirlas
Que no se queden atrapadas en un libro

Si queremos ser libres
Luchemos por nuestras ideas,
Sintamos nuestras ideas;
Hagamos de ellas vida y revolución.



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Cuentos antipatriarcales no sexistas

· -“Nunca jamas”. Adela Turín y Letizia Galli edt Lumen
· -“El lago de los cisnes”. Fernando Catalana/Francesc Roura. Edt.Bruño. Fábulas del búho
· “Vuela Ana”. Thirley Hughes. Altea Benjamin
· “Ni un besito a la fuerza”. Marian Hebes – Lydia Sandrock. Edt Maite Canal. Instituto de la mujer.
· “Ariel, el león presumido”. Elvira Menéndez/Mª Luisa Torcida. Edt. S.M. A partir de 3 años.
· “Me gusta” Javier Sobrino/Noemi Villamira Edt. Kokinos
· “Momo” Michael Ende. Edt. Alfaguara juvenil
· “Billy y el vestido rosa”. Anne Fine. Edt. Alfaguara
· “Riqui y Marisa” Lisa Campbel /Ernest. Edt. Juventud Barcelona
· “Arturo y Clementina”. Adela Turín y Nella Bosnia Edt Lumen. A favor de las niñas.
· “Los bonobos con gafas”. Adela Turín y Nella Bosnia Edt. Lumen. A favor de las niñas
· “La rebelión de los personajes de cuento. Taum y la serpiente” Mª Angeles García Maroto y Daniel (8 años)
· -Contracuentos de: “Blancanieves y los siete enanitos”, “La lechera y Juan sin miedo”, “El flautista de Hamelin”, “El lobo y los tres cerditos y cuentos inmorales (Julia)” Lucas adaptación L. K. A. Colectividad Manzanares

Friday, July 13, 2007


Gentecilla gris, tarada, del crimen legalizado (Seguiré robando, y no ejerciendo...) Pedro García Olivo - La Haine


La forma que tiene de corromper la pobreza es más dulce que la de la riqueza. A mí, funcionario de educación de origen miserable, me corrompieron ambas; a mi amigo Basilio, pastor hijo de pastores, ninguna. No fui inmune a la acumulación de capital, y luego dilapidé mis ahorros como un necio. Inmoralizándome, la pobreza me arrojó al mundo del delito, donde atesoré hermosas vivencias.

Nunca me sentí mal después de un robo, y sí cada día a la salida del trabajo. Decía Genet que robar era más digno que trabajar. Por supuesto... Más conscientes son de ello los peores trabajadores que los mejores ladrones.


La vocación hacia el hurto me llegó en la niñez. Para mí era una tarea absolutamente seria, trascendente, a la que dedicaba lo mejor de mi inteligencia y lo más incisivo de mi imaginación, robar golosinas en el supermercado. Fui creciendo, y a la par perfeccionando mis mañas, ganando en astucia, robusteciendo mi afición. Sustraía cintas de música y ropa en los Grandes Almacenes, libros en las papelerías de barrio, cualquier cosa en los autoservicios. El día en que no perpetraba un robo, faltando a mi cometido, descuidando mi misión en la tierra, se revestía para mí de un carácter trágico. Removíase mi conciencia, que no me perdonaba la desidia... Procuré inculcar ese hábito a mis amigos, y empezamos a divertirnos juntos. Los más pequeños de la pandilla traían a la “cabaña-cuartel” mandarinas de las tiendas, tebeos de los quioscos, material escolar del Colegio,... Los mayores nos decantábamos ya hacia el alcohol, los preservativos y los pequeños artilugios que se pueden regalar a las mujeres. Una de mis hazañas más notables fue sustraer una peluca de un departamento de El Corte Ingles, llevándomela puesta. Se la obsequié a mi madre, que estaba loca y gustaba de disfrazarse. El día en que mi padre, para conmemorar mi recién estrenada mayoría de edad, me regaló una moto robada, se avivó hasta lo indecible la llama de esa pasión mía por el desorden en la propiedad. Según parece, hubo un accidente, una colisión en la que se vio involucrado un motorista. Mucha gente acudió a ayudar a los heridos, entre ellos el dueño del ciclomotor. Mi padre se acercó, y aguardó. Cuando se disolvió el tumulto, y ya no quedaba nadie en los alrededores, cogió la moto y la echó en la furgoneta. Habiéndole conseguido una matrícula falsa, la escondió en un antiguo cebadero hasta el día de mi cumpleaños. Nunca se me olvidará ese detalle de mi progenitor, al que debo el cultivo de mis mejores cualidades. Todavía hoy, siempre que puedo, regalo algo robado.

Cuando aprobé la oposición al cuerpo de profesores de bachillerato, mi flamante condición de funcionario me permitió progresar todavía más por esa vía de la ilegalidad y del delito. Adquirí un coche que debía pagar en cuarenta y ocho plazos, y no hice frente a ningún recibo. Me lo llevé al extranjero, a Budapest, dejando mi cuenta en números rojos. La Citröen me localizó finalmente gracias al buen trabajo de un detective, al cabo de tres años; y la Banca Nacional de París, concesora del préstamo, me inscribió muy arriba en su lista de morosos.

Falsifiqué la dirección que constaba en mi carné de conducir, y durante mucho tiempo no pagué ninguna multa. No me llegaban las notificaciones. Compré también a plazos una bicicleta en Galerías Preciados, y sólo pagué la mitad. Una empleada de este establecimiento llamaba periódicamente a mi madre, intentando conseguir mi dirección. La pobre, en su desvarío, le contestaba que todavía no había regresado de China. En fin, me aproveché de la honorabilidad que se supone en un funcionario para dar trabajo extra a los Departamentos de Ventas y a los detectives privados de la Banca.

Otro recuerdo encantador de mi juventud sitúa en mi casa a unos cuantos hombres encorajinados intentando embargar cualquier cosa, desesperándose por la inexistencia de los bienes que pretendían secuestrar, por la falta de valor de los demás enseres y por las palabras de mi padre, que eran siempre las mismas. “Si quieren me pueden llevar a la cárcel, pero entonces no trabajaré y no podré pagar lo que debo. Ustedes verán

Mi padre. ¡Cuánto gasóleo hemos robado juntos de los camiones y de los tractores, cuántas herramientas de los talleres, cuánto material de construcción de las obras...! ¡El sí que era un educador!

Llegó sin embargo el momento en que uno de mis peores robos, sustracción de considerable cuantía, obtuvo la aprobación del Estado y el beneplácito de la ley: fue el día en que me ingresaron mi primera nómina de profesor agregado. Y eso sí que soliviantó mi conciencia. Demasiado dinero por nada; demasiado dinero por dominar a un hatajo de infelices desprovistos de poder; demasiado dinero para que cerrara los ojos al oprobio de la docencia; demasiado dinero para un soborno; demasiado dinero, robado a toda la comunidad, por permitir que me imbecilizaran y seguir a rajatabla el lema de Cortázar (“mandar para obedecer, obedecer para mandar”); demasiado dinero por deponer las armas de la crítica y abdicar de la soberanía sobre mi inteligencia; demasiado dinero sustraído a todo un país, aquiescentes la ley y el Estado. ¡Los profesores, menudos ladrones de guante blanco! ¡Menudo robo a todo el mundo, particularmente a los más humildes!

Si al acto de robar se le extirpa ese componente de atentado contra la moral hipócrita y de desobediencia a la arbitrariedad de la ley, pierde para mí todo su interés y todo su valor. Reivindico, una y mil veces, los innumerables pequeños hurtos de mi padre, llenos de poesía, de imaginación, de juego infantil y burla inocente, pero también impregnados de un sentimiento certero de la equidad social (nosotros, miserables, robábamos a fin de cuentas a quienes algo tenían que defender), atravesados por un instinto profundo de rebeldía e insumisión -desacato a la ley lo mismo que a la moral, al Estado como a la Iglesia- y por un desdén absoluto hacia todo lo que ostentara el título de “propiedad privada”. Agentes de una nueva redistribución de los bienes (robábamos para regalar), estimábamos más que nada el gesto en sí mismo, exorcizando a través de él todos los demonios de la apropiación particular y de la disciplina fetichizada. Muy lejos de esta inteligencia maldita del robo, de esta sabiduría díscola del delito, se halla el atraco periódico del funcionario: este hombre roba para obedecer, por haber renunciado a la autonomía de su conciencia, víctima de la moralidad dominante y juguete de la legalidad de los ricos. Roba a toda la sociedad para afianzarse en su cúpula, cubiertas sus espaldas por la ignominia de la organización estatal. No pude contarme mucho tiempo entre ese gentecilla gris, tarada, del crimen legalizado. Capaz de robar a un maestro su estúpido maletín, no soportaba el insulto mensual de la nómina en mi cuenta. Seguiré robando, y no ejerciendo... Si me corrompió la pobreza, dulce veneno el que emponzoñó mi alma. Seré fiel a mi feliz corrupción. Nada espero de los códigos jurídicos, nada de las instituciones civiles, nada de vuestra idea del Bien, nada de la propiedad, nada del asentimiento, nada de los padres que enseñan a sus hijos a trabajar, nada espero de nada.
Desesperado como yo, Basilio en cambio no roba... Una vez más, su desesperación es de un orden superior a la mía: tampoco espera nada de la insumisión programática, de la rebeldía consciente, de la desobediencia que obedece sin embargo a una filosofía concreta, de los padres que enseñan a robar a sus hijos... El sí que no espera nada de nada; espera menos que nada de menos que nada.


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